La Floralis Genérica data del año 2002 cuando el arquitecto Eduardo Catalano la dona como símbolo de todas las flores, pero pronto se convirtiría en un símbolo del barrio de Recoleta.

Pesa 18 toneladas y su altura es de 23 metros que se espeja en un estanque de agua dentro de la Plaza de las Naciones Unidas, Av. Figueroa Alcorta y Austria. Entre el Edificio de Canal 7 y la Facultad de Derecho.

Es de aluminio y acero. Posee un sistema de iluminación y movimiento muy complejo e interesante de observar. La flor se abre al comienzo del día y se cierra por la noche automáticamente.